Qué afortunado que Mateo registró lo que observó sobre Jesús en este verso. Capta la esencia de por qué Jesús y los discípulos se sintieron tan obligados a llevar a cabo su ministerio de la forma en que lo hicieron.
Sólo al ver por sí mismo lo que la gente sufrió fue capaz de interceder y aliviar sus necesidades de la forma en que lo hizo. Fue el amor y la compasión lo que le llevó a un servicio tan incesante para los demás, y ese mismo amor debe ser parte de nuestro testimonio hoy en día.