Asc. Metropolitana MX Lección 4: La esperanza del antiguo testamento – Sábado 22 de Octubre de 2022

Job, un hombre “intachable y recto”, no tenía muchas razones para creer que una resurrección estaba en su futuro. La pérdida de todas las posesiones materiales, de sus hijos, incluso de su propia salud, podría haberle hecho perder toda esperanza en un futuro brillante más allá de la muerte.

Pero a pesar de sus duras pruebas, nos dio quizás la expresión de fe en Dios más incondicional de la Biblia, cuando dijo: “Aunque me mate, en él confiaré” (Job 13:15).

Sabemos que esta profesión de fe se derivaba de su creencia en la resurrección. En Job 19:25-27, leemos que su Redentor se levantaría al fin y lo restauraría, “después de que mi piel sea destruida”. No ocurriría en el instante en que muriera, sino después de que yaciera deteriorado en la tumba. Su cuerpo sería restaurado completamente y vería a Dios. Cómo anhelaba su corazón ese día de la resurrección.

David expresó el mismo anhelo. El Salmo 17:15 dice: “En cuanto a mí, veré tu rostro en la justicia; estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza”. La idea de que la muerte era un sueño era evidentemente común para los creyentes del Antiguo Testamento.

Radio Adventista
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