Independientemente de la situación en que estemos insertados, debemos ser ciudadanos del reino de Dios. Si el país en que vivimos es corrupto, debemos ser hombres y mujeres correctos. Si la empresa en que trabajamos actúa de forma ilegal para ganar más dinero, no podemos conformarnos con eso ni compartir o ser conniventes (es el ejemplo de un contador cristiano, que no ayuda a sus clientes a sonegar). Si la iglesia en la que frecuentamos introduce prácticas mundanas en sus cultos, no debemos estar de acuerdo ni participar. Si la mayoría de los miembros, los ancianos y el pastor están practicando cosas que flagrantemente son contrarias a la Biblia o al Espíritu de Profecía, no podemos ni concordar, ni practicar. Hay hoy un dicho entre nosotros así: “todo el mundo está haciendo”. En el arca de Noé millones de personas decidieron quedarse fuera, sólo ocho entraron, y sólo aquellos que se salvaron. “Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él le respondió: Porfié por entrar por la puerta estrecha, porque yo os digo que muchos procurar entrar y no podrán “(Luc. 13:23 y 24).
Asc. Metropolitana MX. Leccion 12 “Vencer con el bien el mal”, para 23 de diciembre del 2017
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