Incluso después del pecado, DIOS continuó comunicándose con nosotros. Hizo e indirectamente, a través de los profetas, personas más dóciles a DIOS que otros pecadores. Hay tres maneras para que DIOS le hable a la humanidad: por revelación, por inspiración y por iluminación.
En la revelación, DIOS comunica su conocimiento al profeta. En inspiración, el profeta está dotado por Dios con la capacidad de comunicar el mensaje fiel y verazmente a los demás. En la iluminación, el poder del SANDO SPIRIT ayuda a los seres humanos que no son profetas a comprender el contenido de la revelación divina. El mismo Espíritu que habla a través de los profetas habla a aquellos que escuchan o leen el mensaje del profeta. Por ejemplo, cuando leemos la Biblia, el ESPÍRITU SANTO nos ilumina con la comprensión correcta. Lo hace de varias maneras, directamente a nuestra mente o indirectamente, cuando escuchamos explicaciones de otras personas que ya han entendido el tema, o cuando leemos, etc. Pero cuando alguien quiere interpretar por sí mismo, creará algo que es una mentira.