El rey Ezequías enfermó y morir. DIOS fue bueno con él, y mandó al profeta avisarle, para que se preparara para la muerte. Fue un gran privilegio para Ezequías, pues tendría tiempo para cuidar de su vida eterna. ¿A quién no le gustaría recibir una advertencia así? Es una información triste y dura, pues parece que nadie desea saber su hora, aunque sea para librarse de la muerte eterna. Pero, en fin, Ezequías tuvo tal privilegio, y, como era de esperar, no soportó la triste novedad, y clamó por la vida inmediata.
Aqui entre Nos. Lección 12 – “¿Qué han visto en tu casa?” – Un Programa pensado en los Maestros de E.S.
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