Sikberto R. Marks: Comentario Lección 12 – “El Conflicto Cósmico sobre el Carácter de Dios”

El Conflicto Cósmico sobre el Carácter de Dios

Introducción al sábado de tarde

La justicia de Dios tiene tres objetivos: a)Resolver el enorme problema causado por el pecado y dar un final a esa historia, para que nunca más reaparezca; b)Revelar que el carácter de Dios es realmente amor y justicia, y que ambas características pueden coexistir perfectamente en el Reino de Dios, sea en tiempos de absoluta obediencia, sea en tiempos de pecado; c)Revelar la naturaleza de Satanás, que él está mintiendo, que es mentiroso y falso, y que su conducta no es en absoluto confiable para nadie, ni por los seres buenos, ni por aquellos asociados con él.

“La familia humana quebrantó la ley de Dios y desafió su voluntad. Esta ley revela al mundo los atributos del carácter divino y nada ha de ser alterado en ella con el fin de alcanzar a la humanidad en su condición caída. Además Dios les ha dado a los hombres y a las mujeres de hoy evidencias inconfundibles de su amor por ellos y que la justicia es el fundamento de su trono y la evidencia de su amor. El Señor cargó con la penalidad de la transgresión la cual recayó en un Sustituto que no es otro que el unigénito Hijo de Dios” (El Cristo Triunfante, pg. 281).

“Los principios del carácter de Dios eran el fundamento de la educación constantemente mantenida ante los ángeles del cielo. Estos principios eran la bondad, la misericordia y el amor. La luz evidente que de ellos dimana debía ser reconocida y aceptada por quienes ocupaban posiciones de confianza y de poder. Ellos eran quienes debían aceptar los principios divinos y convencer a todos los servidores de Dios, por medio de la presentación de la verdad, la justicia y la bondad, [que] éste era el único poder que se podía emplear. Jamás se debía aplicar la fuerza” (El Cristo Triunfante, pg. 15).

 

Domingo: Revuelta en el Santuario Celestial

La más elevada criatura del Universo, Lucifer, por algún motivo extraño, manifestó la voluntad (atributo dado por el Creador) de ser más que Dios, dando origen a una revuelta celestial. Sintió envidia de Cristo, quiso ser semejante a Dios. Sintió orgullo por sus capacidades, las cuales le habían sido dadas por Dios. Tenía un puesto elevado porque cuidaba de la adoración y de la alabanza a Dios. Envuelto en la adoración, poco después se imaginaba siendo adorado como si fuese Dios. No podemos explicarlo, pero esta criatura perfecta, líder entre los ángeles, querubín protector, uno que asistía en el lugar santísimo, terminó sintiendo envidia de su Creador. Aunque fuese el ser creado más elevado, había un abismo de cualidades y capacidades entre él y el Creador, algo que, debido a la envidia y a la arrogancia que estaba germinando, no podía valorar. Él jamás podría ser adorado como si fuese Creador, pues no había forma de transformar una criatura en Dios. Jamás podría ser Dios, pero eso ya no importaba.

Comenzó su campaña política celestial. Atacó la Ley de Dios, o sea, el carácter del Creador. Esta fue una revuelta originada desde el lugar santísimo del santuario celestial. El impacto de su campaña fue impresionante. Muchos ángeles le prestaron oído, y entendieron que su argumentación era lógica. Él decía que la Ley de Dios no era justa, que era inviable. Desde la eternidad Dios se revelaba como un Creador de amor, que amaba a sus criaturas. Y esto era muy bueno, agradaba a todos, los ángeles amaban esta situación. Pero había otro lado del carácter de Dios, su justicia. Lucifer y todos los ángeles, así como los otros seres inteligentes creados sabían, por revelación, que el carácter de Dios era amor más justicia. Así era la Ley de Dios, que Él mismo seguía como líder Creador. Pero el gran argumento de Lucifer era el siguiente: ese principio de amor más justicia era inviable. No hay manera como Dios sea ambos. Por lo tanto, era necesaria una reforma en el gobierno celestial, y él (Lucifer) tenía el conocimiento para realizar esta reforma e insertar mejoras en este gobierno. Insinuaba de esta forma que él merecía un lugar al lado de Dios Padre.

Los ángeles escucharon; después de todo, la idea venía de la criatura más elevada, que asistía a Dios junto al trono. ¿Cómo no creerle a alguien así? Las innovaciones propuestas a la Ley parecían excelentes para aumentar la libertad en el Cielo. Al fin y al cabo, seres inteligentes como ellos no necesitaban nada más que el amor de Dios, no de la justicia, puesto que eran seres perfectos. ¿Por qué justicia para seres perfectos, no basta el amor? ¿Y qué es lo que él argumentaba? Lo mismo que argumenta aún hoy, y sabemos lo que es. Sólo basta el amor, no se necesita la justicia. Si todos se aman, ¿para qué la justicia? Y si alguien se equivoca, el amor perdona, está resuelto. Esto es lo que hoy las iglesias propagan, sólo basta el amor, no queremos la justicia, ella ya fue clavada en la cruz, esto fue abolido. Predican los antiguos argumentos de Lucifer.

Entonces ocurrió el hecho desencadenante de su revuelta. Dios decidió crear vida en el planeta Tierra. Dios Padre, el Espíritu Santo y el Hijo participaron del plan. Obviamente Lucifer no fue invitado, y se sintió entonces excluido; él sentía que debía ser parte del asunto, pues tenía el apoyo de una gran parte de los ángeles. Fue entonces que ocurrió la guerra en el Cielo, Lucifer y sus ángeles contra Jesús el Hijo, y sus ángeles. Es evidente que la victoria fue para el hijo de Dios.

¡Qué cosa horrible pasó en el Cielo! Una guerra, algo jamás imaginado. Y hubieron expulsados (Lucifer y sus ángeles). Con esto vieron sus argumentos fortalecidos, pues estaba quedando explícito que Dios no podía ser amor y justicia al mismo tiempo. Él no los perdonó, los expulsó. Se formaba entonces una duda respecto del carácter de Dios en el Universo. Él no actuó esta vez por amor, sino por justicia. Así pensaban, pues así parecía. Pero ellos no merecían allí una nueva oportunidad, pues actuaron conscientemente, después de muchos consejos divinos sobre el camino en que andaban. En este punto, lo que querían era poder, y la sed por el poder corrompe. Estaban corrompidos, al contrario de lo que pasó después con Adán y Eva, que fueron engañados y por lo tanto, el amor los podría perdonar.

Entonces sucedió la primera caída de Lucifer, el cual se convirtió en Satanás, la caída del Cielo a la Tierra. Su segunda caída está por ocurrir, y será de la Tierra al infierno, donde será extinguido para siempre, él y sus seguidores. “Luego de ser expulsado del cielo Satanás decidió establecer su reino en este mundo. Por su medio el pecado entró en el mundo y con el pecado la muerte. Al escuchar su versión tergiversada de Dios, Adán cayó desde su elevada posición y un diluvio de aflicciones se derramó sobre nuestro mundo (El Cristo Triunfante, pg. 21)”.

Fue en la cruz que el mundo y el Universo entendieron que el carácter de Dios, que es amor más justicia, es perfectamente viable y correcto para gobernar. Nadie esperaba que el propio Hijo de Dios viniese a esta Tierra, se hiciese un simple ser humano y muriese en lugar de los seres humanos. Para esto Jesús tuvo que despojarse de sus prerrogativas divinas y asumir la condición humana. Fue en la cruz que el amor y la justicia se encontraron y demostraron que Dios es perfecto e incuestionable.

Por el amor que Dios tiene muchos serán salvos, y por su justicia el mal será extinguido para siempre.

 

Lunes: Las Acusaciones

Se puede estudiar, como en la lección de hoy, cuáles son las intenciones de Lucifer, ahora Satanás, al hacer sus acusaciones. Veamos algunos casos.

Engañó a Adán y a Eva. Los hizo pensar que Dios les estaba escondiendo alguna cosa buena, y que si la conociesen, serían ellos más completos. Les insinuó que sería muy bueno que conociesen también el mal, no sólo el bien. Y parece que esto pegó tan fuerte que aún hoy se venden productos, como películas de cine y televisión, donde se ofrece todo junto, incluso el mal. Y esto atrapa la curiosidad, y la gente mira basura porque quiere basura. Lucifer condujo a Eva a dudar del carácter de Dios, como lo hizo con otros muchos ángeles. Quizás ella pensó: ‘Será positivo conocer el otro lado, el mal’, pues entonces sólo faltaba comer de aquel fruto, y así fue. Descubrieron ellos el mal, y también descubrieron que este mal nunca debió haber sido descubierto.

Satanás había plantado una duda en Eva sobre el carácter de Dios. Dios estaba escondiendo algo de ellos, algo muy bueno, sensacional, que era el fascinante mal. Por lo tanto Dios no era íntegro, estaba parcializado.

En el caso del sacerdote Josué, Satanás lo acusaba de muchos pecados. En ese tiempo, el sacerdote era exactamente el intercesor por los pecados del pueblo. Pero ¡qué intercesor, que también cometía pecados y estaba sucio e inmundo por causa de ellos! Satanás quería ver lo que el Señor haría en este caso (así como quería ver lo que el Señor haría en el caso de Job). Y Dios providenció otras ropas limpias para el sacerdote Josué, y lo perdonó. Al cambiar sus ropas Dios demostró su justicia, que puede perdonar, y al perdonar, Dios demostró su amor por Josué y por su pueblo.

Los ataques de Satanás son siempre, de alguna forma, contra el carácter de Dios. Si consiguiese probar esto tendría la victoria de su lado. Intentó probarlo muchas veces, y falló en todas, pero nunca desiste. ¿Y qué camino le queda?

Como escribimos ayer, lo que Satanás quiere probar y no logra es la imposibilidad, en el carácter de Dios, de ser amor y justicia al mismo tiempo. Las acusaciones aquí en la Tierra son hechas en ese sentido. Lo que él quiere decir es que la gente peca por eso; Dios es demasiado exigente. Y cuando aparece el pecado, entonces Dios no puede ser ambas cosas. Sin embargo, en la cruz, Jesús estaba pagando por los pecados, justamente para poder perdonar. Derrotado Lucifer allí, continúa insistiendo en la mentira. Es evidente que utiliza sutilezas y engaños, haciendo parecer, por medio de muchas iglesias, que adoran a Dios cuando en verdad le tributan a él, el enemigo de Dios.

 

Martes: La Vindicación en la Cruz

La cruz es el centro de la historia de la salvación. En ella se reveló todo respecto de Dios. Si había alguna duda sobre Dios, en la cruz todo quedó resuelto.

En la cruz el carácter de Dios fue vindicado. ¿Qué es vindicar? Es recuperar, reclamar legalmente, defender, justificar, requerir reconocimiento, exigir restitución, reclamar justicia. Esto fue hecho con el carácter de Dios, veamos cómo:

Había dudas respecto del carácter de Dios. Seres perfectos tenían reservas en cuanto a la posibilidad de que Dios pueda actuar por amor y por justicia al mismo tiempo. Parecía que Satanás tenía razón: que en casos como el de Adán y Eva, o Dios perdona y no mata, o Dios mata y no perdona, es decir, o Dios actúa por amor o Dios actúa por justicia. ¿Cómo podría Dios actuar por amor y por justicia al mismo tiempo, en un mismo caso? ¡Parece imposible!

¿De dónde viene la capacidad de Dios de actuar en esos dos frentes al mismo tiempo? Viene de la cruz. Por un único sacrificio. ¿Cómo es esto?

En la cruz Jesús hizo lo inimaginable. Él, Dios, se hizo hombre. Estaba sujeto a las restricciones de los seres humanos, tenía que trabajar, podía enfermarse, podía sentir dolor, y todo lo que un ser humano puede sufrir. Podía hasta morir.

Nadie esperaba que Él, el Rey del Universo, viniese a la Tierra para vivir en humildad como un ser humano, exponiéndose a las tentaciones de Satanás. La ejecución de la justicia que debía caer sobre los seres humanos terminó siendo impuesta sobre Jesús, o sea, Él fue muerto en la cruz y sufrió la muerte eterna. Pero resucitó de esta muerte para vivir para siempre.

Aquí está el secreto, la explicación de todo. Aquí está la verdad: Jesús sustituyó al ser humano en la aplicación de la justicia de Dios. Lo que nosotros deberíamos haber sufrido, fue Él quien lo sufrió. Hubo una sustitución.

Entonces la justicia de Dios no dejó de ser ejecutada, sino que fue re direccionada a otro ser, a Jesucristo. Gracias a este recurso Dios no dejó de ser amor y justicia al mismo tiempo, pues mientras sufría injustamente, Jesús dijo, para que todos lo oigan: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”.

 

Miércoles: La Vindicación en el Juicio

Estamos en la fase del juicio Investigador, desde 1844. Después viene la fase de las plagas, que deberá durar aproximadamente un año. Entonces viene la segunda venida de Cristo, que da inicio al milenio, con el pueblo santo en el Cielo y con Satanás y sus ángeles aquí en la Tierra.

Durante esos mil años en la Tierra, Satanás no tendrá nada para hacer, excepto contemplar el fracaso de su aventura. Ni él ni sus ángeles tendrán, por aquellos años, ser humano alguno para buscar su apoyo. No habrá ningún ser humano vivo aquí. Los seres humanos vivos estarán en el Cielo; los otros estarán aquí en la Tierra, pero muertos. Aquí todo habrá terminado.

Sin embargo, en la Tierra habrá una actividad por parte de Satanás. Será la actividad de la reflexión. Viendo los resultados de sus mentiras, él los compara con lo que imagina pasa en el Cielo, entre los salvados. Él, que se acostumbró tanto a engañar, no podrá ni intentarlo, pues no habrá nadie aquí que pueda ser engañado. Y en el Cielo transcurrirá el juicio del milenio, o sea el juicio de los impíos muertos y de Satanás y sus ángeles.

Al final del milenio los malos habrán sido juzgados. Sólo falta aplicar la sentencia. Cuando así haya sido hecho, un poco antes del fin de la maldad, Satanás, sus ángeles y los seres humanos impíos doblarán sus rodillas y admitirán su error, y que tanto la Ley de Dios como su justicia y amor son correctos e incuestionables. Aceptarán su error y su completa derrota. Después se levantarán para intentar tomar la ciudad santa, pero en este último acto serán interrumpidos y eliminados de una vez. Los santos ángeles no engañados, los otros pueblos de otros planetas y los santos salvados de la Tierra, todos unidos y con sus rodillas en el suelo, atestiguarán que Dios es justo, bueno y verdadero.

Desde aquí en adelante nunca más habrá motivo para dudar del amor y de la justicia de Dios. Su carácter fue confirmado como perfecto.

 

Jueves: Espectáculo Cósmico

“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mat. 5:16). Vea toda la situación. Intentemos describirla. Hubo una acusación de Lucifer contra Dios, como ya estudiamos esta semana y las anteriores. Esta es también una situación que necesita ser resuelta en el Universo. ¿Cómo es, finalmente, el carácter de Dios? ¿Es o no confiable? ¿Sirve Él realmente para dirigir lo que creó? Si no sirve, ¿quién podría ser el Rey del Universo?

Ah!, si Dios no fuese confiable para ser Rey del Universo, entonces estaríamos perdidos, pues no existe otro que pueda serlo. Aquí se hace pertinente la pregunta de Pedro: “Señor, ¿a quién iremos?”.

Es necesario probar delante del Universo que el único ser capaz de dirigirlo todo es también el único confiable, que respeta su Ley y que ésta es buena.

Somos nosotros quienes debemos propiciar esta comprobación o vindicación. Dios debe ser capaz, mediante nuestra voluntad, de transformarnos de seres imperfectos a seres perfectos, obedientes y espiritualmente saludables. Al hacer eso, Dios estará quitando gente del lodazal del pecado para llevarlas al estado de perfección de su creación original. Entonces serán personas obedientes por libre y espontánea voluntad, sin el uso de la fuerza ni obligación. Ya Dios está haciendo esto, vea: “El Señor Jesús está probando a los corazones humanos por la exposición de una misericordia y gracia abundantes. Está haciendo transformaciones tan sorprendentes que Satanás, con toda su jactancia triunfante, con todo su ejército del mal, unido en contra de Dios y sus leyes, se queda mirándolas como fortalezas inexpugnables para sus sofismas y engaños. Para él son un misterio incomprensible. Los ángeles de Dios, los serafines y querubines, las potestades comisionadas para cooperar con los agentes humanos, contemplan con admiración y gozo el hecho de que los hombres caídos, una vez hijos de la ira, puedan, por las enseñanzas de Cristo, desarrollar ahora caracteres conformes al modelo divino, para ser hijos e hijas de Dios, y desempeñar un papel importante en las ocupaciones y placeres del cielo” (Testimonios Selectos I, pg. 206-207, negrita añadida).

Siendo así, somos un espectáculo para el Universo. Miradas desde todos los rincones de la creación están atentas para ver la transformación que está ocurriendo. La comprobación hecha en la cruz, cuando se demostró que es factible que Dios sea amor y justicia al mismo tiempo, se completa al transformar seres corrompidos en seres perfectos. Que tú y yo seamos una prueba del poder regenerador de Dios, que Él hace a través de su amor.

 

Resumen y AplicaciónViernes, día de preparación para el santo sábado:

a) Síntesis de los principales puntos de la lección

  • ¿Cuál es el asunto principal?

El ataque de Lucifer, el ser más alto creado por Dios, el más honrado, fue contra el carácter de Dios. Decía que su Ley no podía ser obedecida en toda circunstancia, porque Dios no podía ser amor y justicia al mismo tiempo. Esta fue una nueva filosofía en el Cielo, que confundió la mente de un tercio de los ángeles. Y era palabra contra palabra. Unos decían que Dios podía tener ambas características, otros entendían que eso era imposible. Hasta entonces todo funcionaba perfectamente bien, pues jamás se habían dado las condiciones en las que fuese imposible para Dios ser ambas cosas. Entonces, cuando Lucifer fue expulsado del Cielo, tuvo los argumentos necesarios que necesitaba: o Dios lo perdonaba y no sería justicia, o Dios lo castigaba y no sería amor. Este argumento se fortaleció con el pecado de Adán y Eva, pero desapareció cuando Jesús amó hasta la muerte en la Cruz, perdonando a los pecadores.

  • ¿Cuáles son los tópicos relevantes?

Dios puede perdonar (o sea, ser amor) sin dejar de ser justo. Requiere obediencia a su Ley por el hecho de de Jesús cargó sobre él nuestros pecados. Otro pagó por todo, y esto permite a Dios ser justo y ser amor al mismo tiempo. Satanás quedó desenmascarado en sus mentiras.

  • ¿Descubrió Ud. otros puntos a destacar?

b) ¿Qué cosas importante podemos aprender de este estudio?

Que Dios es bondadoso y misericordioso sin por eso dejar de ser exigente en el cumplimiento de su Ley, que es amor mutuo.

  • ¿Qué aspecto puedo destacar a partir de mi estudio?

c) ¿Qué cuidados debemos tomar a partir de este estudio?

Debemos seguir amando, aunque otros nos ofendan o nos perjudiquen. Debemos tener el mismo carácter de Dios, aunque seamos agraviados. Y debemos confiar siempre en Dios.

  • ¿Qué me propongo reforzar, si fuese bueno, o cambiar, si fuese malo, en mi vida?

d) Comentario de Ellen G. White

“¿Cómo se reconcilia Dios con los hombres? Por la obra y los méritos de Jesucristo, quien… puso de lado todo lo que pudiera interponerse entre el hombre y el amor perdonador de Dios. No se cambia la ley que el hombre transgredió para que armonice con el pecador en su condición caída, sino que se la revela como el trasunto del carácter de Jehová, el exponente de su santa voluntad, y se la exalta y se la magnifica en la vida y en el carácter de Jesucristo. No obstante, se provee un camino de salvación, porque se nos presenta al inmaculado Cordero de Dios como el que quita el pecado del mundo. Jesús ocupa el lugar del pecador, y lleva sobre sí mismo la culpa del transgresor. Al mirar al sustituto y seguridad del pecador, el Señor Jehová puede ser justo, y al mismo tiempo el Justificador de los que creen en Jesús. Se perdona al que acepta a Cristo como su justicia y su única esperanza; porque Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo a sí. La justicia, la verdad, y la santidad de Cristo, que son aprobadas por la ley de Dios, constituyen un canal por medio del cual la misericordia puede comunicarse al pecador arrepentido y creyente.” (Hijos e hijas de Dios, pg. 241).

e) Conclusión General

“La gracia de Cristo y la ley de Dios son inseparables. En Jesús la misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron. En su vida y carácter, no sólo revela el carácter de Dios, sino las posibilidades del hombre. Era el representante de Dios y el ejemplo de la humanidad. Presentó ante el mundo lo que la humanidad podría llegar a ser cuando se uniera por fe con la divinidad. El unigénito Hijo de Dios tomó sobre sí la naturaleza del hombre y estableció su cruz entre la tierra y el cielo. Mediante la cruz, el hombre fue atraído a Dios, y Dios al hombre. La justicia se inclinó desde su puesto elevado y sublime, y las huestes celestiales, los ejércitos de la santidad, se acercaron a la cruz, inclinándose con reverencia, pues en la cruz se satisfizo la justicia. Mediante la cruz, el pecador fue rescatado de la fortaleza del pecado, de la confederación del mal, y cada vez que se acerca a la cruz se enternece su corazón y clama arrepentido: “Fueron mis pecados los que crucificaron al Hijo de Dios”. Deja sus pecados en la cruz y se transforma su carácter por la gracia de Cristo. El Redentor levanta al pecador del polvo y lo coloca bajo la dirección del Espíritu Santo.” (Mensajes Selectos I, pg. 409-410).

¿Cuál es el punto más relevante al que llegué con este estudio?

escuela-sabatica-smkAutor: Sikberto R. Marks.

Estudiado y escrito entre el 4 y el 11/10/2013
Revisado el 12/10/2013
Corregido por Jair Bezerra
Traducido por Ronald A. Aguilar / ronald.sap@gmail.com

Radio Adventista
1 comment… add one
  • Profesor, quiero agradecerle mucho por sus comentarios de la leccion. Por primera vez he podido entender lo de el santuario, el juicio, y el perdon de mis pecados. Ahora siento el gozo de la salvacion, que mucho habia pedido. Estos comentarios los estoy compartiendo con mi esposo, mi hermano carnal y su esposa. Dios le bendiga y siga siendo una bendicion para muchos. Atentamente, su hermana en Cristo, Olga V. Ramirez

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