Lección 6: Edicion Adultos “Sufrir por Cristo” Para el 6 de mayo de 2017

Segundo trimestre (abril-junio) de 2017

“Sufrir por Cristo”

Lección 6:  – Para el 6 de mayo de 2017

Sábado 29 de abril

Lee Para el Estudio de esta Semana: 1 Pedro 1:6; 3:13-22; 2 Timoteo 3:12; 1 Pedro 4:12-14; Apocalipsis 12:17; 1 Pedro 4:17-19.

Para Memorizar: “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Ped. 2:21).

La historia de la persecución en los primeros siglos del cristianismo es bien conocida. La Biblia misma, especialmente el libro de Hechos, provee un panorama de lo que le esperaba a la iglesia. La persecución, con el sufrimiento que conlleva, también era claramente una realidad presente en la vida de los cristianos a los que escribe Pedro.

En el primer capítulo, Pedro comenta que, “aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 Ped. 1:6, 7). Casi el último comentario en la carta también trata sobre la misma idea: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca” (1 Ped. 5:10).

Dentro de la corta epístola, hay no menos de tres pasajes extensos que hablan sobre los sufrimientos de los lectores por Cristo (1 Ped. 2:18-25; 3:13-21; 4:12-19). No se puede negar, entonces, que el sufrimiento causado por la persecución es una temática importante en 1 Pedro, y a eso dedicaremos nuestro estudio esta semana.

 

Domingo 30 de abril:

Persecución de los primeros cristianos

Lee 1 Pedro 1:6; y 5:10. ¿De qué está hablando Pedro, y cómo dijo a sus lectores que debían responder a lo que estaban enfrentando?

Durante los primeros siglos, el solo hecho de ser un cristiano podía significar una muerte horrenda. Una carta escrita a Trajano, emperador romano, ilustra cuán precaria era la seguridad de los primeros cristianos. La carta provenía de Plinio, quien al momento de escribir era gobernador del Ponto y de Bitinia (111-113 d.C.), dos de las regiones mencionadas en 1 Pedro 1:1.

Plinio había escrito a Trajano pidiendo consejo con respecto a qué hacer con las personas que eran acusadas de ser cristianas. Explicó que aquellos que insistían en que eran cristianos los había mandado ejecutar. Otros dijeron que, aunque anteriormente habían sido cristianos, ya no lo eran. Plinio les permitió probar su inocencia al obligarlos a ofrecer incienso a estatuas de Trajano y otros dioses, y a maldecir a Jesús.

La adoración de un emperador en vida no era comúnmente practicada en Roma, aunque en el sector oriental del Imperio Romano al que fue enviada 1 Pedro, los emperadores permitían y a veces fomentaban la edificación de templos a su nombre. Algunos de estos templos tenían sus propios sacerdotes y altares sobre los cuales se hacían sacrificios. Cuando Plinio hizo que estos cristianos mostraran su lealtad al emperador al ofrecer incienso y adorar a una estatua del emperador, estaba siguiendo una práctica muy común en Asia Menor.

Hubo momentos en el primer siglo en que los cristianos enfrentaron serios peligros solamente por ser cristianos. Esto fue especialmente cierto bajo los emperadores Nerón (54-68 d.C.) y Domiciano (81-96 d.C.).

Sin embargo, la persecución presentada en 1 Pedro es de un carácter más local. Hay pocos ejemplos específicos de la persecución en esta carta de Pedro, pero podrían incluir falsas acusaciones (1 Ped. 2:12) y vituperios y deshonras (1 Ped. 3:9; 4:14). Aunque las pruebas eran severas, no parecen haber resultado en encarcelamientos o muerte generalizados, por lo menos no ese momento. Aun así, vivir como un cristiano ponía a los creyentes en oposición a elementos importantes de la sociedad en general del primer siglo, y podían sufrir por causa de sus creencias. Así, Pedro estaba abordando una preocupación seria cuando escribió esta primera epístola.

 

Lunes 1 de mayo:

El sufrimiento y el ejemplo de Cristo

Lee 1 Pedro 3:13 al 22. ¿De qué manera deberían responder los cristianos a aquellos que los hacen sufrir por causa de su fe? ¿Qué conexión existe entre los sufrimientos de Jesús y los sufrimientos experimentados por los creyentes por causa de su fe?

Cuando Pedro dice: “Si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois” (1 Ped. 3:14), está haciendo eco de las palabras de Jesús: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia” (Mat. 5:10). Luego, Pedro dice que los cristianos no deberían temer a aquellos que los atacan, sino que deben santificar (reverenciar) al Señor en sus corazones (1 Ped. 3:15). Esta afirmación del Señor en sus propios corazones ayudará a detener el temor que sienten frente a aquellos que se les oponen.

Entonces, Pedro sugiere que los cristianos siempre deben poder explicar la esperanza que tienen, pero que lo hagan de un modo atrayente, con mansedumbre y reverencia (1 Ped. 3:15, 16).

Pedro insiste en que los cristianos debieran asegurarse de no proveer a otros ninguna razón para acusarlos. Deben mantener limpias sus conciencias (1 Ped. 3:16). Esto es importante, porque entonces aquellos que acusan a un cristiano serán dejados en ridículo por la vida sin tacha del cristiano que está siendo acusado.

Claramente, no hay mérito en sufrir por hacer el mal (1 Ped. 3:17). Lo que hace la diferencia es sufrir por hacer el bien, por hacer lo correcto. “Porque mejor es que padezcáis haciendo el bien, si la voluntad de Dios así lo quiere, que haciendo el mal” (1 Ped. 3:17).

Pedro luego usó el ejemplo de Jesús. Cristo mismo sufrió por su justicia; la santidad y la pureza de su vida eran una reprensión constante para aquellos que no lo querían. Si hubo alguien que sufrió por hacer el bien y no el mal, fue Jesús.

Pero su sufrimiento también trajo el único medio de salvación. Jesús murió en el lugar de los pecadores (“el justo por los injustos”, 1 Ped. 3:18), para que aquellos que creen en él tengan la promesa de la vida eterna.

¿Alguna vez has sufrido, no por haber hecho el mal, sino por haber hecho el bien? ¿Cuál fue esa experiencia, y qué aprendiste acerca de lo que significa ser un cristiano y reflejar el carácter de Cristo?

 

Martes 2 de mayo:

El fuego de prueba

Lee 1 Pedro 4:12 al 14. ¿Por qué dice Pedro que no debieran sorprenderse por su sufrimiento? Ver también 2 Tim. 3:12; Juan 15:18.

Pedro deja en claro que sufrir persecución por ser un cristiano es participar de los sufrimientos de Cristo. No es algo que no haya de esperarse. Al contrario, como lo escribiría Pablo: “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Tim. 3:12). Jesús mismo advirtió a sus seguidores acerca de lo que enfrentarían: “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán” (Mat. 24:9, 10).

Según Elena de White: “Así será con todos los que deseen vivir píamente en Cristo Jesús. Persecuciones y vituperios esperan a todos los que estén dominados por el espíritu de Cristo. El carácter de la persecución cambia con los tiempos, pero el principio —el espíritu que la fomenta— es el mismo que siempre mató a los escogidos del Señor desde los días de Abel” (HAp 460).

Lee Apocalipsis 12:17. ¿Qué dice acerca de la realidad de persecución para los cristianos en los últimos días?

Sin duda, para un cristiano fiel, la persecución puede ser una realidad siempre presente. De esto está hablando Pedro aquí en advertencia a sus lectores sobre “el fuego de prueba” que estaban enfrentando.

El fuego era una buena metáfora. El fuego puede ser destructivo, pero también puede limpiar las impurezas. Depende de qué está siendo expuesto al fuego. Las casas pueden ser destruidas por el fuego; la plata y el oro son purificados por el fuego. Aunque nunca debiéramos acarrearnos persecución adrede, Dios puede sacar algo bueno de la persecución. Así, Pedro está diciendo a sus lectores (y a nosotros): Sí, la persecución es mala, pero no se desanimen por ella como si fuera algo inesperado. Sigan avanzando por fe.

¿Qué podemos hacer para elevar, animar e, incluso, ayudar a aquellos que están sufriendo por su fe?

 

Miércoles 3 de mayo:

El juicio y el pueblo de Dios

Compara 1 Pedro 4:17 al 19 con Isaías 10:11 y 12, y con Malaquías 3:1 al 6. ¿Qué están diciendo en común estos textos?

En todos estos pasajes, se nos dice que el proceso de juicio comienza con el pueblo de Dios. Pedro incluso relaciona los sufrimientos de sus lectores con el juicio de Dios. Para él, los sufrimientos que sus lectores cristianos están experimentando podrían ser nada menos que juicio de Dios, que comienza con la casa de Dios. “De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien” (1 Ped. 4:19; énfasis añadido).

Lee Lucas 18:1 al 8. ¿Cómo nos ayuda esto a entender el juicio de Dios?

En los tiempos bíblicos, el juicio por lo general era algo muy deseado. El cuadro de la pobre viuda en Lucas 18:1 al 8 captura la actitud generalizada hacia el juicio. La viuda sabe que prevalecerá en su causa solamente si puede encontrar a un juez que acepte tomar su caso. No tiene suficiente dinero ni estatus para hacerlo, pero finalmente persuade al juez a escucharla y darle lo que merece. Como lo dijo Jesús: “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche?” (Luc. 18:7). El pecado ha traído el mal al mundo, y el pueblo de Dios a lo largo de las edades siempre ha esperado que Dios arregle las cosas nuevamente.

“¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado” (Apoc. 15:4).

Piensa en todo el mal que en el mundo ha pasado, y sigue pasando, sin ser castigado. ¿Por qué, entonces, es tan crucial para nosotros, como cristianos, el concepto de justicia, y el juicio justo de Dios? ¿Qué esperanza obtienes de la promesa que se hará justicia?

 

Jueves 4 de mayo:

Fe en medio de tribulaciones

Como hemos visto, Pedro estaba escribiendo a creyentes que estaban sufriendo por su fe. Y, como lo ha demostrado la historia cristiana, la situación siguió empeorando, al menos por un tiempo. Seguramente muchos cristianos en los años subsiguientes encontraron solaz y consuelo en lo que escribió Pedro. Sin duda, muchos lo encuentran también hoy.

¿Por qué el sufrimiento? Esa, por supuesto, es una pregunta muy antigua. El libro de Job, uno de los primeros libros de la Biblia en ser escrito, tiene el sufrimiento como tema clave. De hecho, si hubo alguien (además de Jesús) que sufrió, no “como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno” (1 Ped. 4:15), fue Job. Después de todo, aun Dios dijo de Job: “¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” (Job 1:8). Y, aun así, ¡mira lo que tuvo que soportar el pobre de Job, no por ser malo, sino por ser bueno!

¿Cómo nos ayudan los siguientes textos a responder la pregunta del origen del sufrimiento? 1 Ped. 5:8; Apoc. 12:9; Apoc. 2:10.

La respuesta corta es que sufrimos porque estamos en medio del gran conflicto entre Cristo y Satanás. Esta no es solamente una metáfora, un mero símbolo para el bien y el mal en nuestra naturaleza. Hay un diablo real y un Jesús real que están peleando una batalla real por los seres humanos.

Lee 1 Pedro 4:19. ¿Cómo nos puede ayudar lo que escribió Pedro en la lucha que nos esté tocando librar ahora?

Cuando sufrimos, especialmente cuando ese sufrimiento no viene directamente como resultado de nuestros propios errores, naturalmente hacemos la pregunta que hizo Job, una y otra vez: ¿Por qué? Y, como suele pasar, no tenemos una respuesta. Como dice Pedro, lo único que podemos hacer, aun en medio de nuestro sufrimiento, es encomendar nuestras almas a Dios, confiando en él, nuestro “fiel Creador”, y sigamos “haciendo el bien” (1 Ped. 4:19).

¿Por qué el hecho de conocer el carácter de Dios por ti mismo, conocer su bondad y su amor por ti personalmente, es un componente tan crucial para ti como cristiano, especialmente uno que está sufriendo? ¿Cómo podemos aprender a conocer mejor a Dios y la realidad de su amor?

 

Viernes 5 de mayo

Para Estudiar y Meditar:

El estudio del día domingo trató sobre la persecución que enfrentaban los cristianos. Aquí hay un extracto más amplio de la carta escrita al emperador acerca de lo que sufrían los cristianos en aquellos primeros siglos: “Esto es lo que he hecho con aquellos que me han sido entregados por ser cristianos. Les preguntaba a ellos mismos si eran cristianos. A los que respondían afirmativamente, les repetía dos o tres veces la pregunta, amenazándolos con suplicios: a los que perseveraban, los he hecho ejecutar. No dudaba, de hecho, confesaran lo que confesasen, que se los debiera castigar al menos por tal pertinacia y obstinación inflexible.

“Aquellos negaban ser cristianos o haberlo sido, si invocaban los nombres de los dioses según la fórmula que yo les impuse, y si ofrecían sacrificios con incienso y vino a tu imagen, que yo había hecho instalar con tal objeto entre las imágenes de los dioses, y además maldecían a Cristo, cosas todas ellas que me dicen que es imposible conseguir de los que son verdaderamente cristianos, he considerado que deberían ser puestos en libertad. Otros, cuyo nombre había sido dado por un denunciante, dijeron que eran cristianos, pero después lo negaron. Lo habían sido, pero después dejaron de serlo, algunos al cabo de tres años, otros de más, algunos incluso por más de veinte. También todos estos han adorado tu imagen y las estatuas de los dioses y han maldecido a Cristo”.—Cartas de Plinio, libro 10:96.

Preguntas para Dialogar:

  1. ¿Cuál era el principal problema que enfrentaban los cristianos tal como se revela en esta carta fascinante? ¿Qué paralelos podemos ver aquí con lo que vendrá en los últimos días, tal como se revela en el mensaje del tercer ángel de Apocalipsis 14:9 al 12? ¿Qué nos dice esto acerca de algunas de las cuestiones subyacentes en el gran conflicto mismo?
  2. “Los que honran la ley de Dios han sido acusados de atraer los castigos de Dios sobre la tierra, y se los mirará como si fueran causa de las terribles convulsiones de la naturaleza y de las luchas sangrientas entre los hombres, que llenarán la tierra de aflicción. El poder que acompañe la última amonestación enfurecerá a los malvados; su ira se ensañará contra todos los que hayan recibido el mensaje, y Satanás despertará el espíritu de odio y persecución en un grado de intensidad aún mayor” (CS 600). Aunque no sabemos cuándo sucederá todo esto, ¿cómo podemos estar siempre listos para enfrentar oposición por nuestra fe, no importa en qué forma aparezca esa oposición? ¿Cuál es la clave para estar preparados?
Radio Adventista
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