Lección 4: Edicion Maestros “Justificación solo por la fe” Para el 22 de julio de 2017

Edición para maestros. Tercer trimestre (julio-septiembre) de 2017

“Justificación solo por la fe”

Lección 4: – Para el 22 de julio de 2017

 

El sábado enseñaré…

Texto Clave: Gálatas 2:20.

 

Enseña a tu clase a:

Saber explicar la única manera por la que podemos estar justificados ante Dios en el juicio.

Sentir el reposo que proviene de abandonar nuestras propias obras meritorias y de depender de la justicia de Cristo.

Hacer una identificación completa con la muerte de Cristo, y vivir la vida de Cristo, en vez de la nuestra.

 

Bosquejo de la Lección

  1. Saber: Hechos justos en Cristo
    1. ¿Por qué es imposible llegar a ser justos haciendo un trabajo duro, negándose a sí mismo y obedeciendo los Mandamientos de Dios?
    2. ¿Cómo puede Dios ser justo al asignarnos el registro de la justicia de Cristo en vez de la nuestra? ¿Qué tiene que ver nuestra fe con esta transacción?
  2. Sentir: Nada de mí
    1. ¿Por qué es tan importante abandonar toda pretensión de justicia propia y, en cambio, depositar nuestra fe completamente en la de Cristo?
    2. ¿Qué beneficios emocionales, físicos y espirituales provienen de descansar completamente en lo que Cristo ha hecho?
    3. Descansar en Cristo, ¿resulta en una vida de pereza? ¿Por qué sí, o por qué no?
  3. Hacer: Vivir la vida de Cristo
    1. ¿De qué modo la identificación con la muerte de Cristo y el vivir su vida transforman la manera en que vivimos?
    2. ¿Qué elecciones hacemos, momento tras momento, que permiten que sean posibles morir la muerte de Cristo y vivir su vida?

 

Resumen

La fe hace posible ir delante de Dios y aceptar sus provisiones, realizadas por medio de la muerte de Cristo, para nuestro perdón y restauración a una condición de justicia delante de él. Por medio de la fe, podemos morir al yo y permitir que Cristo viva su vida en nosotros.

 

CICLO DE APRENDIZAJE

Concepto clave para el crecimiento espiritual: Nuestra justificación a la vista de Dios solo procede de ejercer fe en la muerte de Cristo en nuestro favor, y de aceptar su justicia en lugar de la nuestra.

 

PASO 1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: Usa esta actividad inicial a fin de ayudar a tu clase a identificarse con el tema de la justificación en un nivel emocional así como espiritual.

Actividad inicial: Philip P. Bliss era misionero evangelista y autor de himnos, que trabajó con Dwight Moody en sus campañas. Philip y su esposa, Lucy, dejaron a sus niños de cuatro y de un año con amigos y familiares, y tomaron un tren para asistir a un compromiso en el tabernáculo de Moody, en diciembre de 1876. Mientras el tren cruzaba el río Ashtabula en Ohio, el puente colapsó y el tren cayó en las heladas aguas del río. Philip se salvó, y volvió al tren por su esposa, que estaba atrapada en el incendiado vagón. No se recuperaron los cuerpos de Philip ni de Lucy, pero encontraron el baúl de Philip. En él había un manuscrito de la letra de lo que llegó a ser un conocido himno “I will Sing of My Redeemer” (http://en.wikipedia.org/wiki/Philip_Bliss).

Considera: ¿No parece paradójico estar alegre por la muerte de Cristo en una cruel cruz? ¿Por qué es tan maravilloso contemplar la historia del pago que Cristo realizó por nuestra salvación? ¿Cómo podría ese himno ser una fuente de consuelo para los niños de Philip y de Lucy que les sobrevivieron?

* ¿Qué himnos en Apocalipsis plantean el mismo tema: el costo que Jesús pagó por nuestra salvación? (Ver Apoc. 5:9-13; 7:9-17; 12:10-12.) Enumera razones por las que quienes cantan esos himnos alrededor del Trono están eternamente agradecidos.

 

PASO 2: ¡Explora!

Solo para los maestros: Usa este estudio para ayudar a tus alumnos a examinar la relación entre la fe, la obediencia y la justificación.

Comentario de la Biblia

I. Los orígenes de la fe

(Repasa, con tu clase, Gén. 12:1-8; 15:5, 6).

La historia de Abraham (antes era Abram) y de su caminar con Dios aparece registrada apenas doce breves capítulos después del comienzo del primer libro de la Biblia; aunque Abraham nació varios siglos después del diluvio y unos dos mil años después de Adán. Aunque otros creyentes tuvieron una relación con Dios, Abraham fue la primera persona a quien el autor del Génesis dedica mucho tiempo en desarrollar su historia. En el curso de su vida, Abraham tuvo muchas experiencias “de primera mano” con Dios y conversaciones con él. Observamos una creciente relación de fe en el hombre que ha llegado a ser conocido, a través de los siglos, como un ejemplo de fe verdadera.

Lo primero que sabemos de Abraham es cuando Dios lo llamó a dejar su país y la casa de su padre, y se le dio la promesa de una bendición con la intención hacerlo padre de muchas naciones. Con el tiempo descubrimos, como lo hizo Abram algún tiempo más tarde, que esta promesa no sería cumplida durante su vida. Cuando Abram consideró que no tenía hijos, Dios le prometió una familia que rivalizaría con las estrellas en número. Dios le prometió la posesión de una tierra como herencia. Y “creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Gén. 15:6). Luego, Dios le mencionó que esta Tierra Prometida, en la que Abram peregrinaba, no sería suya ni de su familia hasta después de unos cuatrocientos años.

Abram tuvo que esperar hasta cumplir los cien años de edad antes de tener el hijo prometido; un bebé milagroso. Distaba mucho de ser el incontable número que Dios le prometió, pero era el comienzo del sueño. Finalmente, en un drama culminante de la vida de Abraham, Dios le pidió que sacrificara a su hijo, aquel heredero largamente esperado, en una cumbre solitaria, con solo los ángeles y el universo como testigos.

Abraham había demostrado un esquema variado de fe. Algunas veces demostró fe; otras, tomó las situaciones en sus manos. Sin embargo, Abraham creció en fe. Cuando se le pidió que ofreciera a su amado hijo, no se detuvo a razonar o a anteponer excusas o preguntas. “Sabía que Dios es justo y recto en todos sus requerimientos, y obedeció el mandato al pie de la letra” (PP 149). “Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios” (Sant. 2:23). Este acto de fe brilla como un gran faro, que ilumina el sendero de la fe para los que, como hijos de Abraham, también estamos aprendiendo a caminar en la fe.

Considera: ¿Qué lecciones acerca del prolongado desarrollo de la fe demuestra esta historia de Abraham? ¿De qué modo sus fallos nos animan y amonestan cuando somos tentados a crear nuestras propias respuestas a la oración?

II. Fe y obediencia

(Repasa, con tu clase, Gál. 2:15-21).

Por medio de la fe, Abraham fue estrictamente obediente al pedido de Dios de ofrecer a su hijo. Él creyó a Dios, le tomó la palabra y actuó por ella. Esa creencia y acción (basadas en la creencia) fueron lo que le fue acreditado como justicia. “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? (Sant. 2:21, 22).

Sin embargo, no fue por seguir la ley que Abraham o cualquiera otra persona fueron justificados ante Dios. Pablo no tiene un problema con la obediencia a la ley; la fe en Jesús hace posible la verdadera obediencia. Abraham, en respuesta al pedido de Dios de sacrificar su hijo, “fortaleció su alma espaciándose en las evidencias de la bondad y la fidelidad de Dios” (PP 147). Recordó la promesa de que de Isaac provendrían hijos tan incontables como la arena a orillas del mar y como las estrellas del cielo. La fe le dio fuerzas para obedecer, y es esa fe que le fue contada por justicia.

Considera: ¿De qué modo la fe es estrictamente obediente, aun frente a grandes tragedias y experiencias desconocidas? ¿Qué otros ejemplos bíblicos ilustran una fe obediente, a pesar de obstáculos y tragedias, y lo que pareció ser un futuro sombrío?

III. Fe, obediencia y justificación

(Repasa, con tu clase, Gál. 2:15-21).

Pablo deja bien en claro que no es posible ser justificado ante Dios al observar la ley: Cristo Jesús, con su propia justicia; nos justifica, una justicia que reclamamos por fe y que resulta en obediencia. Cuando tenemos fe en Jesús, no retenemos nada de él, hasta la muerte. Si morimos al yo cada día, dejando todo lo que valoramos frente a la cruz, y aceptamos la vida de Cristo en lugar de nuestros propios méritos y actos, entonces la única forma en que podemos vivir es por la fe en el Hijo de Dios. Aunque vivir la vida por medio de la fe en Jesús resulta en obediencia –pues Jesús mismo fue obediente “hasta la muerte, y muerte de cruz” (Fil. 2:8)–, la obediencia no es el medio por el cual somos justificados ante Dios. El historial de nuestra bondad nunca puede igualar al de Cristo. Su registro fue de obediencia perfecta, y eso es lo que necesitamos para ser justificados. La única manera en que se nos puede asignar ese registro perfecto de obediencia es por fe, aferrándonos de las promesas de Cristo de darnos su registro perfecto de justicia como sustituto de nuestro registro roto y fallado, de acciones malas.

Considera: Frente a un don increíble de bondad como no podemos ni siquiera imaginar, mucho menos merecer, ¿por qué somos tentados a ignorar nuestra necesidad de los dones de Jesús, e intentamos justificarnos a nosotros mismos basados sobre nuestras propias buenas obras? ¿Cuáles son los resultados de esos intentos? ¿Qué ejemplos bíblicos nos informan acerca de las consecuencias de intentar ganar el favor de Dios siguiendo nuestras propias ideas de lo que es correcto?

 

PASO 3: ¡Aplica!

Solo para los maestros: Usa este caso de desempeño de roles como un medio de ayudar a tu clase a verse crucificando el yo y eligiendo vivir por fe en Cristo.

Desempeño de roles: Entrega a un voluntario de tu clase dos clavos grandes para que sostengan, como si fuese a ser clavado en la cruz. Presenta esta situación: alguien en la familia de tu iglesia, a quien has estado tratando de ayudar, te menosprecia delante de otro feligrés. Has decidido crucificarte con Cristo y vivir solo su vida. ¿Qué harás?

Pide a varios otros voluntarios que sostengan los clavos, y plantéales otras situaciones: 1) Te resulta dificultoso rechazar más comida ya que has tenido suficiente; 2) Estás cansado, y tus hijos te ponen nervioso; 3) Estás avergonzado de dar la razón verdadera de llegar tarde a una reunión importante: sencillamente, no saliste a tiempo para la cita. Sería más fácil decir que el tránsito te retrasó.

 

PASO 4: ¡Crea!

Solo para los maestros: Sugiere las siguientes ideas para realizar durante la semana.

  1. Crea una lista de razones por las cuales los adoradores del Apocalipsis alaban a Jesús por lo que ha obrado. Fija esta lista en donde puedas verla durante la semana.
  2. Busca una lista de himnos que hablen del gozo de nuestra redención. Memorízalos y cántalos durante tu devoción privada, y ante otros.
  3. Llena una canasta pequeña con recuerdos de los dones recibidos por la redención de Cristo, y ponla donde la puedas ver a menudo.
Radio Adventista
1 comment… add one
  • FAVOR DE ENVIARME EL BOSQUEJO SEMANAL DE LA LECCION.
    BENDICIONES.

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