Jonathan Gallagher Leccion 7. Jesús, el Espíritu Santo y la oración (2T 2015 – El libro de Lucas)

Leccion 7. Jesús, el Espíritu Santo y la oración (2T 2015 – El libro de Lucas)

Textos bíblicos: Lucas 2:25–32, John 16:5–7, Lucas 23:46, Lucas 11:1–4, Mateo 7:21–
23, Lucas 11:9–13.
Citas
• A Dios le encanta derramar su Espíritu con poder sobre aquellos que se atreven a
alinear radicalmente sus propósitos con el suyo. Steve Childers
• Aquellos en los que el Espíritu viene a morar son un nuevo Templo de Dios. Ellos
son, individual y corporativamente, lugares donde el cielo y la tierra se
encuentran. N.T. Wright
• La Palabra es la luz y el Espíritu Santo es el oxígeno; orar es ver y respirar.
Gangai Victor
• La oración hace que el Espíritu Santo descienda hasta entrar al alma, y eleva al
hombre al cielo. Efrén el Sirio ( ca. 306-373 )
• El templo de Dios es el pueblo santo en Jesucristo. El Cuerpo de Cristo es el
templo vivo de Dios y de la nueva humanidad. Dietrich Bonhoeffer
• Es fácil usar la frase “la voluntad de Dios para mi vida” como una excusa para la
inacción o incluso para la desobediencia… Mi esperanza es que en lugar de buscar
‘la voluntad de Dios para mi vida’ cada uno de nosotros aprenda a buscar con
ahínco ‘la dirección del Espíritu en mi vida hoy.’ Que aprendamos a orar por un
corazón abierto y dispuesto, a rendirnos a la dirección del Espíritu con ese amigo,
con ese hijo, cónyuge, circunstancia o decisión en nuestras vidas, en este
momento. Francis Chan

Para debatir
¿Qué aprendemos de Lucas con respecto a Jesús, el Espíritu Santo, y la oración –
tanto de lo que enseñaba como de la forma en que vivía su vida? Si sabemos lo
importante que es la oración, ¿por qué no oramos más a menudo? ¿Cómo obra el Espíritu
Santo en nuestras vidas, y cómo podemos pasar más tiempo con él? ¿Cómo sabemos si
realmente estamos haciendo la voluntad de Dios?

Resumen bíblico
El Espíritu Santo estaba sobre Simeón, y se le prometió que vería al Mesías de
Dios antes de morir. Oró con Jesús en sus brazos (Lucas 2:25-32). Jesús dio
recomendaciones sobre la manera de orar en Lucas 11:1-13. El último versículo es
particularmente significativo: De modo que si ustedes, siendo malos, saben darles cosas
buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial le dará el Espíritu Santo a quienes se lo
pidan?” Lucas 11:13 FBV. Jesús promete enviar el Espíritu Santo (Juan 16:5-7). Jesús
llamó a su Padre desde la cruz y luego dio su último suspiro (Lucas 23:46). Los que
hacen la voluntad de su Padre son sus verdaderos discípulos, dice Jesús (Mateo 7:21-23).

Comentario
Jesús es mucho más que simplemente un ejemplo de cómo vivir nuestras vidas,
aunque hay mucho que podemos aprender mediante la observación de lo que él dice y
hace. Lo más importante es que él es nuestro Salvador, y no nos está dando la “receta de
salvación”… Él es nuestra salvación. Él es Dios revelándonos quién es él mismo y cómo
actúa; no sólo a nosotros, sino a todo el universo que observa.

Su venida tuvo como propósito demostrar a Dios al vivir aquí en medio de toda
nuestra miseria, y luego morir para salvarnos. Jesús revela a un Dios que es
increíblemente generoso, que quiere darnos a todos nosotros cosas buenas, y mejores aún
a través de la presencia del Espíritu Santo. ¿Por qué no hemos de orar más, sobre todo
como Eliseo, y pedimos una doble porción del Espíritu?

Necesitamos la oración. Tenemos que pedir: “Señor, enséñanos a orar.” Al
reconocer nuestra necesidad de orar, a menudo no sabemos cómo orar, o por qué… Pero
la oración es simplemente hablar con Dios, una parte profunda y fundamental de la
nuestra relación con él.

La oración es una expresión del don de la libertad de Dios. Dios no obliga a nadie,
él espera a que se le pida. No como algún requerimiento legal, sino porque él nunca
cruzaría la línea de la compulsión. Él invita, suplica, espera a que nos acerquemos a él y
pidamos los dones ilimitados que quiere darnos.

Tenemos que pasar tiempo conectados con el Señor que profesamos seguir. Al
leer su Palabra y meditar sobre su voluntad para con nosotros, tenemos que hablar con él
como el único que más puede ayudarnos en nuestras vidas. La oración no es una lista de
deseos o exigencias, sino hablar con la persona que amamos como nuestro amigo más
querido y cercano.

Jesús prometió al Espíritu Santo como nuestro Consolador, Defensor y Proveedor.
Él es el único que puede satisfacer todas nuestras necesidades, a quien podemos recurrir
en momentos de dificultad y de alegría. Jesús incluso dijo que le sería mejor irse para que
así viniera el Espíritu, y estuviera presente con todos nosotros. El Espíritu nos guía a toda
verdad. Dios quiere que creamos por causa de la verdad, y no por alguna señal
espectacular o maravillosa. De hecho, la presencia de esta especie de obra milagrosa, las
maravillas vistosas y extravagantes, demuestran una actitud equivocada con respecto a la
fe, que debe consistir en una verdadera confianza en el Señor. Los milagros pueden
interponerse y confundir a la gente. Jesús nunca hizo milagros por su propio bien, sino
siempre por una razón muy real. El nunca hizo un milagro para reivindicarse. Así que no
permitamos que los milagros sean la prueba de nuestra fe. La verdadera prueba es: ¿Es
cierto? ¿Está en armonía con la Palabra de Dios? Incluso la acción del Espíritu Santo
debe ser probada de esta manera. (Ver 1 Juan 4:1, 2).
¡Ojalá que todos podamos descubrir la oración profunda y la presencia cercana
del Espíritu a medida que vivimos nuestras vidas como testimonio de nuestro Señor
amoroso!

Comentarios de Elena de White
Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo. No es que se
necesite esto para que Dios sepa lo que somos, sino a fin de capacitarnos para recibirle. La
oración no baja a Dios hacia nosotros, antes bien nos eleva a Él. {El Camino a Cristo, p. 93}

Las tinieblas del malo cercan a aquellos que descuidan la oración. Las tentaciones
secretas del enemigo los incitan al pecado; y todo porque ellos no se valen del privilegio de
orar que Dios les ha concedido. ¿Por qué los hijos e hijas de Dios han de ser tan remisos
para orar, cuando la oración es la llave en la mano de la fe para abrir el almacén del cielo,
donde están atesorados los recursos infinitos de la Omnipotencia? {El Camino a Cristo, p.95}

El Espíritu Santo mora con el obrero consagrado de Dios dondequiera que esté.
Las palabras habladas a los discípulos son también para nosotros. El Consolador es tanto
nuestro como de ellos. El Espíritu provee la fuerza que sostiene en toda emergencia a las
almas que luchan y batallan en medio del odio del mundo y de la comprensión de sus
propios fracasos y errores. En la tristeza y la aflicción, cuando la perspectiva parece
obscura y el futuro perturbador, y nos sentimos desamparados y solos: éstas son las veces
cuando, en respuesta a la oración de fe, el Espíritu Santo proporciona consuelo al
corazón. {Los Hechos de los Apóstoles, p. 42}

escuela sabatica jonathan gallagherPreparado y escrito por:  © Jonathan Gallagher 2015
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
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