Jonathan Gallagher Lección 10. “La ira de Eliú ” (4T 2016—El libro de Job)

La ira de Eliú (4T 2016—El libro de Job)

Textos bíblicos: Job 13:28, Job 28:28, Job 32:1–5, Job 34:10–15, Ezek. 28:12–17, Job
1–2:10; Is. 55:9.

Citas
• El que se cree justo nunca se disculpa. Leonard Ravenhill
• No se aferre a su sufrimiento de justicia propia, déjelo ir… Nada es demasiado bueno para ser verdad, así que déjese perdonar. Cuanto más insista en que debe sufrir, más estará insistiendo en el sufrimiento de los demás. Stephen Levine
• El sentimiento de justicia propia es la principal alteración de estado de ánimo entre los adictos religiosos. La adicción religiosa es un problema enorme en nuestra sociedad. Puede que sea la más perniciosa de todas las adicciones, porque es muy difícil para una persona romper su engaño y negación. John Bradshaw
• El mayor enemigo de las almas humanas es el espíritu de justicia propia, porque hace que los hombres busquen en sí mismos la salvación. Charles Spurgeon
• La honestidad es el juego más cruel de todos, porque no sólo se puede herir a alguien y romperle el corazón, sino que al tiempo puede sentirse justo al hacerlo.
Dave Van Ronk
• Las personas más difíciles de alcanzar por el amor de Dios no son los malos. Ellos saben que están mal. No tienen ninguna defensa. Los más difíciles de ganar para Dios son los santurrones. Charles L. Allen

Para debatir
¿Cuál es el problema de Eliú? ¿Cuál es la diferencia entre confrontar el pecado y ser autosuficiente? ¿Cómo representa Eliú la posición de Satanás en la gran controversia? ¿Cómo podemos defender la verdad y la justicia sin llegar a ser condenatorios y críticos? ¿De qué manera Eliú malinterpreta el carácter de Dios al tratar de hablar por él?

Resumen bíblico
Pero Eliú… se enojó mucho con Job porque, en vez de justificar a Dios, se había justificado a sí mismo. También se enojó con los tres amigos porque no habían logrado refutar a Job, y sin embargo lo habían condenado. Ahora bien, Eliú había estado esperando antes de dirigirse a Job, porque ellos eran mayores de edad; pero al ver que los
tres amigos no tenían ya nada que decir, se encendió su enojo.” Job 32:2–5 FBV.Pero Job mismo había dicho que es de sabios alejarse del mal (Job 28:28) y se queja de estar lejos de Dios (13:28). En Job 34: 10-15 Eliú afirma que Dios siempre actúa con justicia y da a la gente lo que se merecen. También está convencido de que Job ha traído el castigo de Dios sobre sí mismo. Ez. 28: 12-17 explica la caída de Satanás, su expulsión del cielo a causa de su orgullo rebelde. Isaías 55: 9 se refiere al hecho de que los caminos/pensamientos de Dios no son iguales a los nuestros.

Comentario
Como Eliú, podemos empezar a obsesionarnos con no quebrantar las reglas como una forma de demostrar que somos buenos. Pero esta actitud en realidad obstaculiza lo que Dios quiere lograr. Luchas por la obediencia técnica mientras deseamos en realidad seguir nuestro camino, dificulta la intervención y la ayuda de Dios. Porque los que se
justifican a sí mismos sienten que no necesitan ayuda. Recordemos las palabras de Jesús a aquellos que creían que eran justos, explicándoles que él no había venido a llamar a justos sino a pecadores al arrepentimiento. La tragedia consiste en que todos somos pecadores, pero no todos reconocemos ese hecho. El problema, como dijo Jesús, citando al profeta Isaías, son los discípulos que no piensan, que creen que solo tienen que seguir lo que se les dice: “Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí, pues en vano me honran, enseñando como
doctrinas mandamientos de hombres. Mt. 15:8, 9 FBV. A menudo Jesús hizo énfasis en este aspecto en su enseñanza. Él no deseaba seguidores que aceptaran todo lo que se les decía. Él no busca números para ganar popularidad. Él sabe que los que hoy gritan “hosanna” podrían estar gritando “crucifíquenle” al día siguiente. El desea discípulos honestos que piensen y pregunten, no que estén pendientes de su justicia propia y orgullo, sino que se dejen enseñar y estén abiertos a Dios. De hecho, los discípulos que están llenos de este sentido de su propia importancia, son un pasivo para Dios. No se trata de una obediencia a las reglas sino una necesidad sincera de un Dios en medio de nuestro desespero humano, poniéndonos en manos del único Ser en el universo que puede sanar el daño del pecado y restaurarnos a su imagen una vez más. Jesús mismo lo expresó de esta manera: “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: ‘Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió
a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.’” Lucas 18:9-14 FBV.
Un espíritu de justicia propia es totalmente extraño al camino de Dios. A menudo la “ira santa” es usada para cubrir problemas personales como una manera de buscar nuestra valía personal…

Comentarios de Elena de White
Cuando los hijos de Dios son uno en la unidad del Espíritu, todo farisaísmo, toda justicia propia, que fueron el pecado de la nación judía, se eliminarán de su corazón. El molde de Cristo estará en cada miembro individual de su cuerpo, y su pueblo será odres nuevos en los cuales él pueda vaciar su vino nuevo, y el vino nuevo no romperá los odres.
Dios hará conocer el misterio que ha estado oculto durante siglos. Hará saber cuáles son “las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27) también se citan los versículos 28 y 29. (Col. 1:27) {Mensajes Selectos, Tomo 1, p. 452} El corazón que abriga un espíritu de justicia propia no busca la luz, todo lo contrario, ama más las tinieblas que la luz, porque no quiere verse como Dios lo ve. “Mas el que práctica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios”.—Manuscrito 67, 1897. {El Cristo Triunfante, p. 267} Humille delante de Dios su corazón pobre, orgulloso y justo según su propia opinión. Humíllese mucho, muchísimo; quebrántese al reconocer su pecaminosidad, y acuda a los pies de Jesús. Dedíquese a la tarea de prepararse. No descanse hasta poder decir en verdad: “Mi Redentor vive, y puesto que él vive, yo también viviré”. {Maranata, el Señor Viene, p. 14}

Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2016
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

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