Jonathan Gallagher Leccion 10. “Hijos de la promesa” (4T 2017) Sabado 9 de diciembre del 2017

Leccion 10. Hijos de la Promesa (4 Trimestre de 2017: Salvación solo por fe)

Texto bíblico: Romanos 9

Citas
 Ninguna criatura que mereciera la redención necesitaría ser redimida. C.S. Lewis
 Como raza, no somos ni siquiera una oveja perdida, o hijos pródigos, somos rebeldes armados. Nuestra necesidad superna de Dios, en consecuencia, no es la educación de nuestra conciencia, sino nuestra redención. P.T. Forsyth
 El plan y propósito de salvación de Dios, tal como Él mismo, es eterno. Eric Alexander

Preguntas
¿Por qué hacer una distinción entre los judíos y los gentiles? ¿Cuál es el sentido de esta discusión? ¿De qué manera “ser llamado” funciona realmente? ¿En qué forma tuvo Israel una ventaja? ¿Qué nos dice este pasaje acerca de Dios y su conocimiento previo de las cosas? ¿Cuáles son los peligros de atribuir todas las decisiones a Dios? ¿Cómo se relaciona esto con el gran conflicto?

Para debatir
Romanos 9 deja claro el llamado de Dios para que Israel fuera su pueblo especial, pero luego explica su eventual fracaso. Ellos son identificados como especiales no por quienes ellos son en sí mismos, sino por que son los receptores de la gracia de Dios
mediante la ley y los pactos,etc. (9:1-5). A pesar de su fracaso, ellos también están llamados a Cristo. Pablo también enfatiza que el plan y la promesa de Dios son lo que nos hace “hijos de Dios” (9:6-8).
Es mucho lo que se ha dicho a partir de este capítulo en términos de predestinación y la elección de Dios antes que la conducta humana. Sin embargo, esto no quiere decir que Dios nos hizo de esa manera, como si no tuviéramos otra elección. Al describir lo que ocurrirá, Dios no está diciendo que todo esto está predeterminado de una forma fatalista. La ilustración del corazón endurecido del Faraón es importante aquí (9:17, 18) ya que en Éxodo 9 se dice que Dios endureció el corazón del Faraón, que el Faraón endureció su corazón, y que el corazón del Faraón se endureció. En consecuencia, debería asumirse que Dios es específicamente quien endureció el corazón del Faraón en un sentido determinista.
El punto central de este debate revela el punto central del gran conflicto:“Así que Dios tiene misericordia de quien él quiere, y endurece a quien él quiere endurecer. Pero tú me dirás: «Entonces, ¿por qué todavía nos echa la culpa Dios? ¿Quién puede oponerse a su voluntad?»Respondo: ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? « ¿Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: “¿Por qué me hiciste así?”? » ¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios? ¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los que eran objeto de su castigoy estaban destinados a la destrucción?¿Qué si lo hizo para dar a conocer sus gloriosas riquezas a los que eran objeto de su misericordia, y a quienes de antemano preparó para esa gloria? Ésos somos nosotros, a quienes Dios llamó no sólo de entre los judíos sino también de entre los gentiles…” (9:18-24).La conclusión (9:30-32) es que somos justificados ante Dios sólo por nuestra confianza en él y que los extranjeros (gentiles) hicieron esto, aunque los judíos trataron de justificarse mediante la observancia de la ley.

Comentario
El desafío en Romanos 9 consiste en evitar la conclusión de que Dios ya ha planeado todo—incluyendo quiénes se salvarán y quiénes no— y aún así mantiene su soberanía. La ilustración del faraón es relevante porque la Biblia habla del endurecimiento
de su corazón en tres formas: Que fue su decisión, que fue hecho por Dios, y luego sólo en forma pasiva:“se endureció.” Esto revela un poco lo que está ocurriendo. Aunque en efecto tenemos libertad de elección, Dios aún mantiene el control de todo, ¡e inclusive le damos crédito de nuestras malas elecciones también! Romanos 9:22 también es intrigante. Literalmente habla acerca de Dios “queriendo mostrar su ira.” Pero esto significa mucho más que una demostración vengativa. Esto, con seguridad, está mostrando lo que ocurre a todos aquellos que siguen sus propios caminos. Específicamente, él está tratando con estas “ollas de barro destinadas a la destrucción,” y está siendo increíblemente paciente con ellos.Esto nos indica que Dios está obrando en medio de todo el gran conflicto para demostrar con gran detalle lo que ocurre con todos los que escogen su propio camino de pecado. Esta no es la destrucción externa y castigadora de los pecadores, sino permitirles revelar lo que ellos realmente son, y tristemente, permitir al pecado que haga lo que él hace: Destruir completa y absolutamente. Porque es el pecado el que pagará el precio de la muerte, no Dios.
El triste fin del capítulo es la conclusión de que los “extranjeros” que no estaban siquiera procurando la justificación con Dios, aceptaron su don de la salvación, mientras que Israel continuó con su sistema basado en la observancia de la ley, el cual pensaban que los justificaría ante los ojos de Dios, pero no fue así. Jesús fue un obstáculo, una ofensa para ellos durante su vida, y lo sigue siendo para aquellos que procuran alcanzar la salvación por sus propios esfuerzos. De la misma manera en que Jesús rechazó esta “justicia de los escribas y los fariseos,” así también debemos rechazar cualquier intento por hacernos justos delante de Dios por nuestros propios esfuerzos. Pablo en otra parte balancea esto conuna afirmación de que este no es un asunto de quedarnos ahora sin hacer nadacomo consecuencia de ello, sino de que cualquier matiz de justificación propia ¡es realmente mortal!

Comentarios de Elena de White
No hubo una elección arbitraria de parte de Dios, por la cual Esaú fuera excluido de las bendiciones de la salvación. Los dones de su gracia mediante Cristo son gratuitos para todos. No hay elección, excepto la propia, por la cual alguien haya de perecer. Dios ha expuesto en su Palabra las condiciones de acuerdo con las cuales se elegirá a cada alma para la vida eterna: la obediencia a sus mandamientos, mediante la fe en Cristo. Dios ha elegido un carácter que está en armonía con su ley, y todo el que alcance la norma requerida, entrará en el reino de la gloria…. En cuanto a la redención final del hombre, ésta es la única elección que nos enseña la Palabra de Dios[Patriarcas y Profetas, p. 207]… Pero el corazón del rey se había endurecido por la rebelión pertinaz… Todavía el rey se mantenía obstinado…Pero el corazón de Faraón seguía endureciéndose… No fue ejercido
un poder sobrenatural para endurecer el corazón del rey. Dios dio a Faraón las evidencias más notables de su divino poder; pero el monarca se negó obstinadamente a aceptar la luz. Toda manifestación de poder infinito que él rechazara le empecinó más en su rebelión. El principio de rebelión que el rey sembró cuando rechazó el primer milagro, produjo su cosecha. Al mantener su terquedad y alimentarla gradualmente, su corazón se endureció más y más, hasta que fue llamado a contemplar el rostro frío de su primogénito muerto. [Patriarcas y Profetas, p. 273-4]

Preparado y escrito por: © Jonathan Gallagher 2017
Traducción: Shelly Barrios De Ávila

Radio Adventista
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