Los poderosos o personas de mucha influencia, junto a las autoridades, son otra clase que parecen ser difícil de ser alcanzada para Jesús. Además de no ser fácil el contacto con ellos, tampoco es fácil persuadirlos de que necesitan un Salvador, y de que no son tan independientes como ellos se imaginan. Junto con el poder también viene la sensación de autonomía e independencia. Estas personas piensan muchas veces que lo pueden todo y que pueden conseguirlo todo. Y se vuelven celebridades, admiradas por todos los que quieren sus favores. Son casi como dioses. Dios es capaz de bendecir a estas personas, es decir, de crear condiciones favorables a ellas.
hola hnos feliz sabado buen comentario de la escuela sabatica Dios los bendiga envienme comentarios al respecto hasta pronto