La ley de Dios se nos dio para que entendiéramos nuestra condición y que aprendiéramos cómo vivir para ser ciudadanos del Reino de Dios. En ese sentido ella es una escuela completa, pues los Diez Mandamientos se valen de la Biblia toda para enseñarnos lo suficiente sobre esa ciudadanía superior, perfecta.
Gálatas 3:25 podría ser entendido, si escrito aisladamente, como defensor de la pérdida de la validez de la ley para la fe. Pero ni siquiera Pablo, que escribió ese verso, defiende tal idea en otros textos de él mismo. En Romanos 3:31 Pablo pregunta: ¿anulamos, pues, la ley por la fe? De ninguna manera, antes establecemos [confirmamos] la ley. No necesitamos mucha argumentación que el texto de Gálatas no fue escrito para anular la ley. Entonces, como ya hemos estudiado, lo que Pablo estaba diciendo, era que por la fe fuimos liberados de la condenación de la ley, a causa de la desobediencia a esa ley. Sigamos adelante: En Romanos, Pablo dice que no hay ninguna condenación para los que están en CRISTO.
